Todos estamos expuestos constantemente al mal de amores, y no solo a eso, sino a que nos rompan el corazón ciertas personas o acontecimientos. Si eres una de esas personas que como yo lo da todo por su familia, amigos y parejas, seguro sabes que las personas buenas corren más riesgo de que les “rompan el corazón”.
¿A las personas buenas les pasan más cosas malas?
Pasé gran parte de mi vida ayudando y consolando a cuanta alma en desgracia aparecía. En lo personal, nunca entendí por qué tantas personas se me acercaban a contarme asuntos tan personales. Y sigo sin saberlo, pero en fin. Cuando era más joven, los problemas de las personas me llegaban directo al corazón, por lo que intentaba ayudar a cualquiera que se me acercara. Desde el perrito de la calle hasta conocidos. Sin embargo, con el tiempo tras escuchar mil historias de relaciones fallidas, problemas familiares y luego del decreto de mis padres de “ni un animal más en casa”, comprendí que es un error pensar que a las personas buenas les pasan más cosas malas.
A las personas buenas les sucede lo que tenga que pasarles
No podemos seguir viendo la vida como buena o mala, la escala de grises es amplia. En realidad, tú decides si existen más experiencias buenas en tu vida por las cuales sentirte feliz o triste. Las experiencias malas que ocurren no tienen la finalidad de ser agradables. Simplemente son para que cada uno de nosotros tenga las armas necesarias para crecer y vivir la vida. Ser una buena persona no te predispone a nada, a no ser que tú lo quieras…
“Soy muy buena con todos y siempre acabo traicionada” 🙁
Escucho muy a menudo esta pequeña frase… Con los años que llevo como amiga terapeuta, me doy cuenta de que no es cuestión de que seas buena, solo de que te entregas de más. No me malinterpretes. Eres una buena persona y te han roto el corazón varias veces, igual a mí. Sin embargo, a veces olvidamos que dar y recibir son cosas distintas. Lo damos todo esperando recibir lo mismo a cambio. Perdemos de vista que el hecho de que tú des, no significa que te vayan a pagar con la misma moneda ni en la misma cantidad.
En resumen: te entregas de más
Si eres una de esas chicas que espera el amor con una ilusión casi idílica, temo decirte que corres más riesgo de que te rompan el corazón. Lo das todo a manos llenas sin preguntar nada. Es más, quizá las personas ni siquiera pretendan que las ayudes, pero tú ya estás sacando hasta las sábanas para el necesitado. ¡Aguas!, está bien que seas una buena persona y quieras ayudar a los demás, pero no tienes que poner tus emociones ni tu corazón de por medio.
No eres la Mujer Maravilla
Cuida tu corazón. Hay personas que solo buscan ser escuchadas y no pretenden que les des una solución. No puedes solucionar la vida de todos. ¿A ti quién te resuelve los problemas? Ser una mujer que entrega todo sin ver a quién puede atraer a malas personas a su vida. Personas aprovechadas que pueden dejarte sin un peso y con el corazón roto. Toma tus precauciones, pues no eres la salvadora de nadie.
Hasta este momento, creo que la forma más noble de ayudar a alguien en desgracia es escucharlo. Puedes ayudarlo si te lo piden, sin que esto implique un daño a tu persona, bolsillo o emociones. Si te es posible, mejor dale armas a la persona necesitada para salir adelante. Recuerda que a veces un “tú puedes, yo creo en ti” es más poderoso que buscarle trabajo a alguien. No cargues bultitos de problemas que no son tuyos.