Cuántas historias de terror hemos escuchado sobre procedimientos “estéticos” realizados de manera irresponsable. En 2015 las cirugías de trasero fue la que más creció. Los implantes de trasero crecieron 36% desde 2014 y los levantamientos de pompis 28%. El problema es que las personas que se someten a procedimientos para mejorar su retaguardia en el mercado negro se arriesgan. Pueden terminar con infecciones debidas al silicón y otras complicaciones resultantes de la sustancias desconocidas que se introducen en sus cuerpos. Las inyecciones son de los procedimientos más socorridos para aumentar el tamaño del trasero, pero ¿vale la pena arriesgarse?
Relatos sacados directo de un cuento de terror
Una mujer en Florida ha estado realizando cirugías de glúteos sin una licencia médica. Entre los procedimientos que realizaba se encontraba el de inyección de glúteos para hacerlos crecer. Una mujer, Shatarka Nuby, recibió 10 inyecciones de esta “doctora” entre 2007 y 2011. En este año, comenzó a experimentar problemas en esta parte de su cuerpo. Su trasero se volvió negro y duro y estaba enferma. Escribió una carta al departamento de salud de Florida y comenzaron las investigaciones. En 2012, durante las investigaciones Shatarka murió de una migración masiva de silicón en su sistema que hizo que dejara de respirar.
La “doctora” fue acusada de practicar sin licencia y de homicidio. La condenaron 10 años a prisión y cinco a libertad provisional. Aunque las evidencias eran abrumadoras, esta delincuente, mantuvo que nunca inyectó a nadie con ninguna sustancia desconocida.
¿De quién es la responsabilidad?
Evidentemente esta mujer sin escrúpulos carga una buena parte de la responsabilidad. Pero, ¿que hay de las personas que deciden someter su cuerpo a procedimientos sin investigar antes la reputación o la trayectoria del médico en cuestión? Las inyecciones para agrandar el trasero se han vuelto muy populares. Lo preocupante, es que muchas veces no sabes qué es lo que te están inyectando. De hecho, ha habido muchos casos similares a este con resultados estéticos desastrosos. Y no solo eso, las sustancias inyectadas pueden tener efectos graves en la salud y poner en riesgo tu vida.
Está en nosotras cuidar nuestro cuerpo. Dicho sea de paso, quiérelo como es y no arriesgues tu salud por un aumento, reducción o lo que creas que necesitas.
