Seguro te ha pasado o conoces a alguien que cuando tiene mucha hambre y no come nada, empieza a enojarse. Si es tu caso, eres un hangry; y créeme que no eres la única que enloquece ante una situación así. A pesar de que parece algo extraño, sentir enojo por no comer es una situación normal, de acuerdo a la información de los científicos.
Hangry
El término surge de la combinación hungry (hambriento) y angry (enojado). Es un término que ya es oficial y se encuentra en el Oxford English Dictionary. Sentir enojo por tener hambre se debe a un fenómeno químico que ocurre en tu cuerpo. El organismo libera respuestas similares a las que suceden cuando te sientes molesta. En esos momentos hacen cosas de manera impulsiva. Debido a eso, no es raro que de un momento a otro sientas ganas de gritar o de golpear a quien tengas más cerca. La culpa es de la adrenalina que genera tu cuerpo de manera involuntaria.
Bendita hambre
El hambre no sólo te provoca mal humor, también puede hacer que te sientas desorientada, testaruda y con pocas ganas de hacer cualquier cosa. Es una reacción del cuerpo cuando la glucosa baja, haciendo que tu concentración disminuya. Ahora ya lo sabes, no es bueno que dejes de comer. Al iniciar el día no olvides desayunar un jugo, una fruta y proteína. Recuerda que el desayuno es la comida más importante del día, pues te dará la energía necesaria para realizar tus actividades. También es importante que tomes suficiente agua para que tu cerebro se mantenga oxigenado. La falta del líquido vital hace que te sientas desganada, mareada o con sueño.
Carga siempre contigo alguna fruta o barrita para que puedas aguantar en lo que llegas a comer algo más sustancioso. Ojo, la comida chatarra no funciona en estos casos.