¿Cuántas veces se ha dañado el esmalte de tus uñas a pesar de que te la vives cuidándolo? Estoy segura de que miles de veces, pues me ha pasado lo mismo. De hecho, parecería que se trata de una maldición. Sí, la maldición de que el esmalte se estropeé apenas terminas de aplicarlo o que se desprenda sólo por lavar los trastes. Para que eso no ocurra y tu esmalte se mantenga impecable, ¡usa estos trucos!
Uñas limpias y sin aceite
Lo principal es que laves tu manos y le retires a tus uñas sus aceites naturales, con ayuda de un pedazo de algodón con alcohol. ¿Para qué sirve esto? Con esto lograrás que el esmalte dure más tiempo porque lo aplicarás directamente en tus uñas. Si quieres asegurarte de que no habrá inconvenientes, sumerge tus manos en vinagre de manzana, antes de usar el esmalte.
Sí a la base
Antes de aplicar el esmalte y después de limar tus uñas, aplica base. Lo aconsejable es que identifiques qué tipo de uñas tienes. Si son duras, con superficie irregular (aspecto de escamas) o quebradizas. ¿Por qué? Porque así sabrás que tratamiento (base) es el mejor para ti y, por consecuencia, tu manicure.
Capa por capa
Ahora sí, aplica el esmalte. El truco es que esperes a que cada capa seque, de lo contrario quedarán grumosas y será más factible que se descarapelen. Además, el acabado no se verá delicado ni sofisticado, sino desaliñado. Lo ideal es que sólo apliques dos capas del producto. También toma en cuenta la calidad de los esmaltes que usas. Recuerda que “lo barato sale caro” y por eso es preferible que tengas pocos esmaltes, pero de calidad.
Brillo
Para terminar, aplica una capa de brillo. Éste hará que el acabo se vea bonito, pero principalmente protegerá tu esmalte. Al igual que la base, elige un producto que cubra las necesidades de tus uñas.