Si nuestros ojos son las ventanas al alma, las pestañas son las cortinas que las adornan.
Una mirada que deja sin aliento es un arma poderosa, las pestañas hacen que tu mirada se vuelva más penetrante, sexy y nos hace ver más guapas.
Aquí te dejo unos cuantos secretos para ser la mujer con las pestañas más bonitas y la envidia de tus amigas:
Desmaquilla.
Nunca te vayas a la cama sin desmaquillar tus ojos, la piel alrededor de tus ojos es más sensible que el resto de la cara. Cuando tú no te desmaquillas el rímel mantiene a tus pestañas rígidas y secas haciéndolas más susceptibles a quebrarse. Usa el desmaquillante para ojos en la cantidad adecuada, no te excedas. Con gentilezas, frota un pequeño algodón o almohadilla en la misma dirección de tus pestañas retirando todo el rímel poco a poco evita tallar tus ojos con el algodón.
Rímel…. pero no tanto.
El rímel es un producto diseñado para inmovilizar tus pestañas y engrosarlas. Evita excederte en las capas de rímel, sólo conseguirás endurecerlas y hacerlas más susceptibles a quebrarse. Nunca intentes usar el rizador después de que el rímel se seque, puedes llegar a quebrarlas. Evita los rímel contra agua pues crean una capa más gruesa que endurece tus pestañas más que otros rimels, uno con aceite de mamey o más natural son los más buscados por los maquillistas del mundo pues pintan mejor y fijan la mirada en un dos por tres.
Usa aceite.
Aunque no te maquilles es importante que cepilles tus pestañas todos los días con algún aceite, yo siempre he usado aceite de ricino es buenísimo para las pestañas, las hace más fuertes y largas.
Rizadores…
En lo personal yo los odio, prefiero usar una cuchara pues te da un efecto más natural y evitas arrancarte las pestañas sin querer. Pero si de plano no consigues enchinar tus pestañas más que con el rizador, es bueno que apliques un rímel sin color. El rizado durará más tiempo y usarás menos rímel. No olvides cambiar la gomita de tu enchinador cuando se haya degradado.
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