Pensamientos que nos pasan por la mente al cortar nuestra melena

Hay muchas ideas que pasan por la mente cuando vamos a la estética. Bien dicen que el cabello es una de las cosas que más cuidamos y procuramos en nuestro cuerpo. En mi caso, por ejemplo, duré muchos años con el cabello corto. Una mañana, después de ese tiempo, decidí que era hora de volver a dejar que creciera. Pensé que sería complicado o que no me gustaría verme con la melena tan larga. Finalmente ya estaba acostumbrada a andar con el cabello super corto. Luego de muchos meses, una mañana desperté y pensé que ya era hora de cortarlo. Sin embargo, en ese momento y durante la transición, pasaron varios pensamientos por mi mente. ¿También te ha pasado a ti?

Rayos, ya no podré usar mi plancha

Lo primero que pensé fue: “¡Rayos, ya no podré usar más mi plancha!”, pero eso qué importa. La verdad es que gran parte de esa decisión de cortar mi melena fue porque de tanto usar la secadora, la rizadora y la plancha mi cabello terminó dañado más allá de las puntas. Ya más adelante quizá vuelva a usarla pero con moderación para dejar que mi cabello luzca largo por más tiempo.

Solo dije: “Las puntas”, ¿por qué cortar de más?

Además de pensar en la plancha, me espanté cuando vi hasta dónde estaban cortando mi cabello. Está bien que haya ido a quitarle todo lo dañado a mi melena, pero tampoco era para que exagerara mi estilista. Estoy casi segura de que a los estilistas les gusta cortar más de lo que una pide. Es como un placer para ellos vernos con la cara de sufrimiento y resignación luego de que han dado los primeros tijeretazos.

Saldría una peluca del cabello que me quitaron

Una vez que terminaron de cortarme mi melena, cuando vi cuánto cabello me habían quitado, quedé sorprendida. ¡En verdad no parecía que tuviera tanto cabello, hasta ese momento que vi el bulto en el piso! Sin duda podrían sacar una o dos pelucas de toda esa mata de pelos.

Tal vez deba recurrir a las extensiones

Ya que tenía mi nuevo corte de cabello, lo veía demasiado corto. Incluso pensé en recurrir a las extensiones para no sentir que me había quedado pelona. ¡Bueno, no tanto así! Pero sí pensaba en soluciones exprés a las que pudiera recurrir en caso de que no me sintiera bien con mi cambio de look.

Tal vez el próximo corte sea mejor

Una vez resignada a ver mis cabellos tirados y mi nuevo corte, imaginé que cuando mi cabello crezca, las cosas mejorarán. De esa manera podría hacer nuevos cortes en los que no tenga que quedarme sin tanto cabello.

Bueno, al menos no tendré que preocuparme por peinarme

Una vez viendo que las cosas ya estaban hechas, tuve que aceptar que el corte era necesario. Como dije, mi cabello estaba muy dañado y solo necesitaba deshacerme de lo dañado para que volviera a lucir hermoso.

¿A quién diablos engaño? ¡Quiero mi cabellera de vuelta!