Es normal que no tengamos el tiempo suficiente para ponernos una mascarilla para lucir un rostro saludable debido a tantas actividades que realizamos durante el día. Sin embargo, hay momentos en los que podemos hacerlo, por ejemplo, mientras vemos la tele o mientras limpiamos la casa. Aquí te damos varias opciones para que elijas la que vaya de acuerdo a tus necesidades.
Para empezar, existen diferentes ingredientes con los que puedes preparar tus mascarillas. Algunos son exfoliantes, otros sirven para hidratar tu piel. También hay algunos que suavizan y mejoran su textura, otros tienen propiedades que ayudan a cicatrizar y otras para mantener su aspecto radiante.
¿Cómo lograr un rostro saludable?
Mascarilla de arcilla
Es fantástica para el cutis graso o mixto porque absorbe la grasa, por consiguiente, mantiene la piel en buen estado.
Ingredientes:
- 2 cucharadas de arcilla
- Agua mineral
- 1 cucharada de aceite de almendras
- Avena
Preparación:
- Integra en un recipiente la arcilla con la cucharada de aceite y avena.
- Puedes añadir un poco de agua mineral si queda muy espesa la mezcla.
- Extiende en el rostro limpio.
- Deja reposar por 15 o 20 minutos.
- Retírala usando el agua mineral restante.
- Recuerda retirarla dando un pequeño masaje en círculos.
- Aplica crema hidratante para obtener mejores resultados.
Para poros abiertos
Ingredientes:
- Salvia fresca o en sobre de té
- 1 clara de huevo
- 1 cucharadita de fécula de maíz.
Preparación:
- Hierve un ramo de salvia.
- En un recipiente combina la clara de huevo con la maizena hasta formar una mezcla.
- Aplícala sobre el rostro y deja que repose durante 20 minutos.
- Retira la mascarilla con abundante agua.
- Remoja un algodón en la infusión de salvia y aplícala sobre todo tu rostro.
- Coloca crema hidratante, ¡y listo!
¡Fuera puntos negros!
Esta mascarilla se recomienda usar solo una vez por semana, para evitar resequedad.
Ingredientes:
- 4 cápsulas de carbón activo.
- pegamento blanco de uso infantil (por lo tanto no es tóxico)
Preparación:
- En un recipiente coloca el contenido de las cápsulas e intégralo con dos cucharadas de pegamento.
- Espárcelo sobre tu rostro con ayuda de una brocha.
- Asegúrate de que la mascarilla quede bastante gruesa. Así será más fácil despegarla y el efecto será mucho mejor.
- Una vez que esté completamente seca, comienza a tirar de abajo hacia arriba.
- Quita los excesos que hayan quedado en tu rostro con un trapo húmedo.
- Lava tu rostro con agua tibia y jabón suave.
- Aplica crema hidratante.