Todas queremos el secreto para tener una piel perfecta. Hemos intentado de todo: mascarillas, cremas, algunas naturales y otras compradas, etc.
Resulta ser que en la naturaleza existen algunos ingredientes que nos dan unos beneficios increíbles. En este caso hablemos de la miel.
Lavarte la cara con miel suena como un poco asqueroso. Es muy viscosa, es cierto, y no a todas nos encanta la sensación. Sin embargo, te voy a explicar por qué sería buena idea que lo intentaras.
La miel.
- Es humectante, ayuda a mantener tu piel hidratada durante el día. Incluso la puedes utilizar en tu cabello.
- Es una gran solución para la piel reseca en el invierno.
- Es antibacterial. ¿Tienes acné? ¡Esta es tu opción! No es abrasiva y ayuda a eliminar impurezas. Para que esto dé resultado, hay que ser constantes.
- No sólo la puedes usar en el rostro, inténtalo en los brazos o tu espalda si tiene pequeños granitos.
- Es antioxidante, está repleta de cosas buenas para mantener tu piel firme.
- Ayuda a eliminar los radicales libres. En el pasado, era usada como antiséptico.
- Tonifica tu piel.
- Es un complemento alimenticio increíble. Consumirla en pequeñas cantidades te brinda hierro, calcio, magnesio, fósforo, potasio y zinc.
¿Convencida?
¿Cómo debo de lavarme la cara con miel?
- Moja tu cara con un poco de agua tibia.
- Pon un poco de miel en la palma de tu mano.
- Da un pequeño masaje en círculos, para que la miel se incorpore a tu rostro perfectamente.
- Deja que repose en tu cara por unos 10 minutos.
- Lava con abundante agua tibia.
- Seca tu cara con una toalla pero no la frotes.
Es súper importante que recuerdes lavar tu rostro con miel por lo menos 3 veces a la semana.
Puedes hacerlo por las noches después de desmaquillarte. Si no tienes mucho tiempo, no necesitas dejarla reposar.
Al igual que lavar tu rostro con miel, una exfoliación debe de ser parte de tu rutina de belleza cada tres días para eliminar la piel muerta de tu rostro.