Las pestañas naturales, la nueva tendencia: ¿es bueno usarlas?

¿No te pasa que mientras más tratamientos estéticos te haces quieres más? Pues a mí sí me ocurre. Soy la típica chica que le fascinan los faciales, me vuelven loca los tratamientos que mejoran la apariencia del rostro. Prefiero aplicarme mascarillas, cremas y cientos de productos que modificar algún rasgo de mi cara, pero de un tiempo para acá me comenzó el gusanito de ponerme pestañas naturales. Claramente, la aplicación no es como un tatuaje de ceja o teñir tu cabello, pero es cierto que las pestañas cambian el rostro. No obstante, me pregunto si será bueno o malo usarla.  ¿Es recomendable? Si aún no estás segura de ponerte o no extensiones de pestañas naturales, esto te será de gran ayuda.

¿Cuándo sí o no aplicarlas?

Ojalá me hubiera cuestionado si era necesaria la aplicación. Pareciera que es algo inofensivo, pero cuando algo no me gusta entro en crisis. El tratamiento es caro a largo plazo, pues depende de los cuidados que les des y el retoque. Jamás me detuve a pensar si era conveniente, solo lo hice y punto. La publicidad en algún punto me aturdió tanto que caí en sus redes. Tanta información me salía por todos lados que terminé haciendo mi cita de un día para otro. Definitivamente, la ansiedad y desesperación por hacerme algún cambio no fueron la mejor guía para tomar una decisión.

¿Vale la pena la aplicación?

Las pestañas naturales se ven muy bonitas y dan un aspecto luminoso al rostro, pero dependen del largo y del volumen. Por más que fui clara con la chica que me hizo la aplicación, jamás entendió qué quería. Cuando contraté el servicio aclaré que quería algo natural y discreto, pero la chica dramatizó mi mirada con unas pestañas largas y voluminosas. Todos me decían que me veía bien, pero yo me sentía demasiado incómoda. Cuando se trata de maquillaje, trato de verme natural y sencilla no me gusta exagerar, por lo tanto, veía horribles las pestañas. Los comentarios positivos y no ayudaron en nada. Simplemente, no me sentía a gusto.

No me arrepiento pero no lo volvería hacer

El efecto de las pestañas es padre, te ahorran tiempo para maquillarte y te hacen ver diferente, pero el mantenimiento es caro a largo plazo pues los retoques varían de precio con base en el tiempo que dejes pasar. Al final, terminó por gustarme como me veía, pero preferí optar por otro tipo de tratamientos, igual o más costosos, pero que sabía que tienen mayor durabilidad. ¿La lección? Aprendí que es mejor esperar y buscar recomendaciones de lugares para que estés mucho más segura de la decisión. Me gusta cómo se ven las pestañas, pero no volvería a aplicármelas.