El efecto dramático del contouring está siendo sustituido por la increíble técnica del iluminador de rostro. Al realzar ciertas zonas faciales aportándoles luz, eliminas aspecto de cansancio. Con un solo producto puedes aportarle a tu rostro vitalidad, frescura y juventud. El truco está en iluminar zonas de tu rostro que se iluminarían naturalmente si el sol estuviera tocándolas. A continuación te presento la mejor técnica para darle luz y vida a tu rostro. Verás cómo en poco tiempo el iluminador se vuelve un must en tu estuche de maquillaje.
El truco está en iluminar las zonas de tu rostro que se iluminarían naturalmente, justo en donde pega el sol. Lo complicado de esta técnica es que tu cara no se vea grasosa o demasiado iluminada, que sólo parezca sutilmente bañada por el sol y no como un foco encendido.
1. Elige un iluminador adecuado
No confundas iluminador con corrector. Mientras el corrector cubre imperfecciones, el iluminador da luz a un punto del rostro para embellecerlo. Para lograr un efecto natural, necesitas elegir un buen iluminador según tu tipo de piel. Los hay en distintas texturas. En crema, sólido (lápiz grueso), fluido en tubo, en polvo y en stick. Dependiendo del tipo de piel que tengas: seca o madura, joven mixta o grasa, así debes elegirlo. Si tu piel es joven o grasa, opta por iluminadores en polvo, porque la textura cremosa o fluida podría enfatizar aún más los brillos faciales. La pieles mixtas pueden utilizarlo en fluido, en crema o en polvo. Para las pieles maduras secas, conviene optar por una presentación cremosa.
2. Ilumina tu rostro
Se aplica el iluminador sobre la zona T: centro de la frente, puente de la nariz y mentón. También en la parte superior de los pómulos, en el arco de la ceja, la parte central del párpado móvil y el lagrimal. Además, se puede complementar, con iluminar el arco de los labios, como forma de dibujar su contorno y darles volumen y realce. Esta zona habitualmente está ensombrecida por la punta de la nariz.
3. Difumina
Una vez aplicado el iluminador difumínalo con una brocha. También puedes hacerlo con los dedos o con una esponja.
4. El resto de tu maquillaje debe ser mate
Para dar el efecto correcto y no el de foco encendido lo único que debe tener brillo es esa zona de tu cara. En el iluminador puedes incluir glitter, pero el resto de los productos debe ser mate, desde la base de maquillaje hasta el blush. Para los especialistas no hay reglas. Puede aplicarse antes o después y también mezclado con el fondo de maquillaje. Si tienes un buen cutis, podrías probar usándolo primero y luego aplicar la base de maquillaje. También te puedes maquillar primero por completo y observas las zonas en las que necesitas el iluminador.
Ahora que ya conoces todo lo que un iluminador puede hacer por ti, puedes encender todos los mencionados puntos de luz en los momentos en los que requieras un maquillaje elaborado, pero si se trata de un maquillaje de día cotidiano puedes solo darle luz en los puntos que requieran más frescura.