Consigue un tono de piel increíble con estos tratamientos naturales

El tono de piel de cada una de nosotras es diferente; sin embargo, éste se ve afectado por diversos factores. La exposición frecuente al sol, manchas, cicatrices, espinillas o cualquier lesión alteran su composición original. Hablando estéticamente, muchas chicas se sienten incómodas cuando su piel no luce igual.

Cómo recuperar el tono de piel

No tener el mismo tono de piel, puede hacerte sentir insegura o poco atractiva. Para contrarrestar este problema hay tratamientos estéticos o algunos remedios caseros que puedes aplicar en la comodidad de tu casa. Checa las opciones que tenemos para ti y elige la mejor.

Yogur para tu piel

El yogur tiene propiedades que te ayudan a tonificar la piel y a darle brillo. Además, sus componentes aclaran la tez, al mismo tiempo que la exfolian y mejoran su tono natural. Solo debes tomar una cucharada de yogur natural y batir bien. Aplica en toda tu cara y cuello y deja que actúe por media hora. Después de ese tiempo lava con abundante agua tibia.

Azúcar

Sirve como agente exfoliador, pues elimina las células muertas para hacer que tu tez luzca joven y tonificada. Solo debes mezclar una cucharada de azúcar con un poquito de agua y añadir una cucharada de la crema facial que usas. Frota mediante un suave masaje en tu rostro y deja que actúe por cinco minutos. Retira con agua tibia y listo.

Bicarbonato de sodio

El bicarbonato te ayuda a deshacerte de la piel seca y escamosa, ayuda en casos de piel curtida o con cicatrices, mejorando su tono. Crea una pasta con una cucharada de bicarbonato y un poco de agua de rosas. Aplica la mezcla en la cara dando suaves masajes y deja que actúe por cinco minutos. Enjuaga con agua tibia, repite tres veces a la semana para notar los resultados.

Leche

  • Líquida. Es un agente blanqueador natural que además suaviza la piel. Si lo usas de manera regular puedes desvanecer cicatrices y manchas, dejando tu piel más limpia y fresca. Debes usar leche que no esté hervida y aplicar en tu cara con un algodón limpio. Deja que repose por 20 minutos y luego enjuaga con agua tibia.
  • De polvo. Toma una cucharada de leche en polvo y mezcla con poca agua para formar una pasta. Aplica en la cara y en el cuello hasta que seque por completo. Retira con un suave masaje, debes repetir cuatro veces a la semana para obtener mejores resultados.