Es tan común que se piense que quienes usamos tacones somos masoquistas, que vamos por el mundo incómodas o que tenemos alma de equilibrista. En mi caso, nada más lejano a la realidad.
Definitivamente he sufrido, la he pasado mal, pero esos malos ratos me han enseñado que hay que tomar en cuenta algunos consejos para que no se convierta en un martirio el subirte a unos buenos zapatos altos.
Usa plataformas
Si no estás acostumbrada, vas a estar mucho tiempo de pie o caminar largas distancias y quieres ganar centímetros dales una oportunidad. Fíjate en su forma, realmente la posición de tu pie es casi totalmente horizontal. Solo recuerda, mientras más formal sea la ocasión más delgado deberá ser el tacón.
Amortigua
Cuando descubrí que no era el alto del tacón lo que muchas veces me estaba matando si no la deficiente amortiguación por lo delgado de la plantilla tomé cartas en el asunto. Me hice de unos pares buenos de plantillas y voilà.
Puntas redondas
Siempre un zapato que termina en punta es más incómodo que uno redondeado. Si estás comenzando a atreverte a usar zapatos altos inclínate por los segundos, tus dedos estarán menos apretados y sentirás menos presión.
Tacón grueso
Recuerda bien, mientras más delgado sea el tacón más te cansarás. Comienza con tacones más gruesos, con algo de plataforma al centro y poco a poco ve pasando al tacón delgado, el más estilizado, mi gran favorito.