Limpiar tus oídos es muy importante, ya que evitará el aumento de cera, las infecciones, el dolor y la sensación de sordera. Para ello es necesario conocer los diferentes métodos de limpieza de oído, tanto interno como externo. Cuando sufres una infección del oído sientes como si tuvieras una bola atrapada allá adentro, a eso que percibes se le conoce como taponamiento. Como consecuencia no escuchas bien y por más que tomes medicamentos estos tardan en hacer efectos. Esta manera de limpiar tus oídos te ayudará a eliminar el dolor o la hinchazón momentáneamente y al menos podrás escuchar mucho mejor sin tantas molestias.
Limpieza de oído interno
Lo mejor es limpiar perfectamente tus oídos una vez a la semana para evitar que se lastimen. Para realizar este método de limpieza de oído interno necesitas:
- Jeringa para el oído
- Peróxido de hidrógeno de concentración del 3%
- Una toalla
Procedimiento
Comienza por llenar toda la jeringa con el peróxido de hidrógeno. Después, inclina tu cabeza hacia un lado e introduce el peróxido dentro de tu oído. Sentirás una sensación de burbujeo dentro de tu oído, eso quiere decir que la solución está haciendo efecto y cumpliendo su cometido. Cuando sientas que el burbujeo ha terminado, inclina tu cabeza hacia el otro lado para que el líquido salga. Seca con una toalla y haz lo mismo con el otro oído.
Limpieza de oído externo
Limpiar el oído externo, que comprende el lóbulo de la oreja y el borde de la abertura, es más fácil. Para ello necesitas:
- Un pañuelo suave
- Hisopo de algodón
- Agua
Procedimiento
Humedece el pañuelo con agua tibia y exprime para retirar el exceso de agua. Ahora limpia cuidadosamente el oído externo y la parte trasera de tus orejas. Finalmente, usa hisopo el para limpiar los pliegues de tus orejas.