El autoestima en cualquier persona se va creando y modificando mientras crecemos.
Se basa en nuestras experiencias desde que somos niños hasta el día de hoy a partir de lo que hayamos experimentado.
Viviremos con la interpretación del valor de estas experiencias.
Esto nos reflejará valores distintos a los demás, ya que cada persona tiene la responsabilidad al final de día de extraer lo positivo.
Si no cumples con un criterio, tómalo como motivación para elevar tu autoestima.
Actitud.
No dejas que una mala experiencia arruine tu existencia, si algo no está funcionando te levantas, aceptas que no todas las cosas en este mundo están en tus manos. La decisión de sentirte amada, darte a respetar y aprender de tus errores está sólo en ti.
Te conoces y te aceptas.
Sabes perfectamente quién eres y de lo que eres capaz, afrontas tu defectos en vez de negarlos. Buscas el lado positivo de ti misma, aceptas que todos tenemos errores y no te autodestruyes cuando algo te sale mal.
Te amas a ti misma.
Cuando hablas acerca de ti, siempre tienes algo bueno que decir a pesar de que conoces tus defectos. Las mujeres solemos ser muy duras con nosotras a la hora de juzgar nuestros errores. Al tomar conciencia de nuestro amor propio te consideras un ser valioso que necesita amor y comprensión.
Confianza.
Tienes mucha confianza en ti misma, sabes que eres capaz de lograr tus objetivos. Reaccionas ante las malas situaciones sin tratar de compararte con otras personas, sabes que no tienes que demostrarle nada a nadie salvo a ti misma. Más importante aún: no te creas inseguridades.
No idealizas a las demás personas.
Sabes que ninguna persona es completamente buena y todos tenemos errores. Gracias a esto, sabes cuándo es momento de declinar en una relación y que no necesitas de alguien para estar bien.
Tienes las riendas de tu vida.
Tomas decisiones a cerca de tu futuro, sabes a dónde vas y cómo lograrás tus objetivos. Trabajas todos los días en ti misma amándote y respetándote. Sabes que para amar a alguien necesitas amarte tú primero.