Cuando crecemos, adoptamos un estilo de vida en el que pocas veces podemos estar tranquilos. El estrés se hace parte de nosotros, afectándonos de manera impactante. Eso impide que disfrutemos al máximo de nuestros hijos o familia, por ejemplo, en un paseo. Viajar es imprescindible si lo que buscamos es estabilidad y felicidad. Te cuento mi experiencia para que no cometas errores con tus pequeños. Se trata de que saques el mayor aprendizaje posible para que puedan disfrutar cada momento juntos.
No esperar a que crezcan
Al convertirte en mamá deseas hacer muchas actividades con tus hijos: salir a caminar, platicar, leer, jugar. Lo malo es que a veces creemos que dejar eso para después, cuando los niños hayan crecido un poco, puede ser mejor. Hay que ser conscientes y aceptar que aun siendo adultos, hay ocasiones en las que las cosas no salen como pensamos y tenemos que improvisar. No hay que olvidar que la vida se trata de eso: ¡improvisar! Con los niños es lo mismo, así que NO debes esperar a que crezcan para que tengan su primer viaje. Si crees que hacerlo mientras son chiquitos es una odisea, tal vez sea cierto. Sin embargo, la satisfacción que tendrás no será la misma que experimentarás años más adelante.
Cansado, pero satisfactorio
No te voy a mentir, viajar con niños suele ser bastante complicado. Sin embargo, también es una experiencia maravillosa en la que estrechas los vínculos afectivos con tus pequeños. Si estabas acostumbrada a cargar con una sola maleta para todas tus cosas, déjame decirte que con tus hijos es una historia distinta. Necesitas cargar más, pero siempre resulta mejor ante cualquier imprevisto que surja. Viajar cuando son pequeños es básico para su desarrollo.
Niños flexibles
Es normal sentir miedo en el primer viaje, pero nada pierdes con intentarlo. Si dejas que tu hijo viaje desde pequeño, será más flexible ante las situaciones de la vida. Aprenderá a que de vez en cuando es posible cambiar sus rutinas de alimentación o sueño para divertirse de otra manera. Eso no significa que debas dejarlo sin comer o muchas horas sin dormir. Se vale que pase un ratito más para que lo haga si ves que la está pasando muy bien. También crece su alma, se llena de experiencias que le ayudan a madurar y comprender que no todo es rígido en la vida. Tendrá el corazón lleno de felicidad por conocer nuevos lugares, por pasar tiempo contigo fuera de casa. Su mente estará abierta a nuevas experiencias y sentirá empatía por la gente y por conocer diferentes culturas.
Al viajar, procura siempre sonreír
Como ves, son muchos los motivos de la importancia de viajar. No te desesperes si el primer viaje resulta un desastre. Solo procura tener una cara sonriente en todo momento a pesar de las adversidades. Tu hijo percibe lo que sientes y no querrás que te vea con cara de angustia. Se trata de que le ayudes a vivir una experiencia inolvidable. Además, al salir de viaje podrán descubrir cuál es su sitio favorito.
¿A qué lugar te gustaría llevar primero a tu hijo?