No hay cosa más odiosa que despertarse sonriendo, verte en el espejo y ¡sorpresa, una fea espinilla! Sientes que todos ven directo a la espinilla en vez de mirarte a los ojos. Además, no puedes evitar la ansiedad de quitártela, pero sabemos que eso no es nada bueno pues puede dejar una marca peor en piel. Lo mejor siempre será ir con un experto a que te quite las espinillas y puntos negros, pero si de plano ya no aguantas, aquí te digo: ¡quita las espinillas sin dañar tu rostro de esta manera!
Un baño calientito
Como cualquier cosa que vale la pena, quitarse una espinilla sin dañar tu rostro es todo un proceso, así que tómalo como un momento para ti y disfrútalo. Lo primero que debes hacer es tomar un baño calientito y cuando el vapor esté a tope, asegúrate de que tu rostro lo reciba para que los poros se abran y tu piel se relaje.
Crema y plástico transparente
Aplica una crema de textura densa sobre la espinilla para que selle bien el calor y después pon un pedazo de plástico o film transparente sobre la zona. Encima de este coloca dos toallitas: una caliente y una húmeda. El punto es darle el mayor calor posible a la zona para que se ablande; tal y como lo harían en un spa. Deja que repose de este modo por 5 minutos.
Ahora viene lo bueno
Después de todo este ritual, viene la parte interesante… Envuelve tus dedos índices con un pañuelo desechable. La clave para sacar la espinilla es que no aproximes tanto los dedos a la misma, así evitarás las marcas de uñas. Lo que debes hacer es poner las yemas unos milímetros antes y presionar girando poco a poco. Así tendría que salir y si de plano no sale, significa que la espinilla es muy profunda y es mejor dejarla por la paz, esperar a que salga o ir con un experto. Al final, aplica un tónico hidratante. El de hamamelis es buenísimo pues es un astringente natural y ayuda a nivelar la grasa en el cutis.