Hay niños que en entornos conocidos hablan muy bien y socializan sin problemas, pero en cuanto están con alguien que no conocen o en algún entorno nuevo, parece que han perdido cualquier capacidad de socializar. Dejan de hablar y se esconden. Quizá no se deba a que es tímido, sino a algo mucho más serio. Es un trastorno y se llama mutismo selectivo.
¿Qué es el mutismo selectivo en niños?
El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad infantil que se caracteriza por la incapacidad de un infante para hablar y comunicarse eficazmente en escenarios sociales específicos, como la escuela. Los niños y adolescentes con este trastorno tienen verdadero miedo de hablar y de interactuar en sociedad. No todos lo manifiestan de la misma manera. Algunos pueden quedarse completamente mudos, ser inexpresivos y estar socialmente aislados. Algunos otros pueden socializar con uno o dos niños, pero son incapaces de hablar con los maestros o con la mayoría de los compañeros en general.
Causas y síntomas
La mayoría de los niños con mutismo selectivo han heredado una tendencia a estar ansiosos de uno o más miembros de la familia. Es decir, herencia genética. Puedes detectarlo porque presentan síntomas como timidez, retraimiento social, dependencia, ansiedad al separarse de sus padres, frecuentes berrinches, llanto, mal humor, inflexibilidad, problemas de sueño y extrema timidez desde la infancia.
¿Cómo lo apoyo?
Cuando se trata de trastornos de este tipo, pocas veces sabemos cómo reaccionar o reconocer su gravedad. Así que lo mejor es que muestres empatía con ellos. Dales seguridad, motivación y sobre todo, tenles paciencia. Evita decirle que es tímido y no lo regañes por no hablar. Si se siente presionado, será peor. En su lugar, fomenta que socialice y felicítalo cuando supere sus miedos y hable con la gente. Si de plano sientes que no puedes, llévalo con un terapeuta del lenguaje. Claro, luego de haber consultado al pediatra.