Si tu piel reacciona de manera violenta a cambios de temperatura por el frío, demasiado sol, el viento, el cambio de agua e incluso por estrés, entonces eres de piel sensible. Por eso debes tener cuidados especiales para tu cutis. Pero no te sientas mal; de hecho, cada vez es más común que las personas presenten este tipo de piel debido a la contaminación y la mala alimentación. Acá te contamos qué hacer para cuidarla mejor.
Al bañarte
Aunque bañarnos con agua caliente es delicioso, es contraproducente para la dermis, por ello es recomendable lavar nuestra cara y cuerpo con agua tibia. La sugerencia es hacerlo con agua fría para mantener la elasticidad natural de este tejido del cuerpo. Sin embargo, a casi nadie le gusta darse un baño helado. Además, considera que las duchas prolongadas no traen nada bueno para ningún tipo de piel, así que trata de reducir tu estancia en la regadera.
Dale la vuelta al estrés y el cansancio
Si quieres ver mejoras en tu cutis es indispensable que huyas del estrés y la fatiga. De este modo evitas los brotes, erupciones e irregularidades. Nuestro consejo es que hagas meditación, yoga u algún otro ejercicio de relajación.
Recuerda, eres lo que comes
Aunque has escuchado esta frase cientos de veces, es probable que hayas hecho caso omiso, pero si no quieres empeorar el estado de tu dermis, necesitas empezar a comer bien. Hagas lo que hagas, evita dejar mucho tiempo entre una comida y otra. También asegúrate de que tus alimentos no estén tan condimentados ni muy calientes al consumirlos. Elige ensaladas, verduras al vapor, pollo, pescado y alimentos bajos en grasa.
Protégete siempre del sol
El mejor amigo de una mujer de piel sensible es el protector solar. No salgas de casa sin ponerte antes un poco. Revisa en las indicaciones para que tipos de tez sirve. De ser posible, llévalo contigo a todos lados en tu bolsa.
¡Ahora ya sabes qué cuidados tener con tu tipo de piel!