La belleza radica en las pequeñas cualidades que nos hacen únicas. En este sentido todas las mujeres tenemos atributos que nos identifican. De igual modo, tanto las chicas curvilíneas y las delgadas poseen ventajas y desventajas que utilizan a su favor. Estas son las cosas que una chica curvilínea conoce acerca de su cuerpo.
La sensualidad está a su favor
Una mujer curvilínea tiene la gran fortuna de poseer un cuerpo hermosamente torneado. Esto se debe a la adecuada proporción que luce puesto que sus extremidades son similares en cuanto grosor y largo. En consecuencia pueden utilizar muchísimas prendas con la seguridad de que se verán fabulosas. Las prendas más favorecedoras son los vestidos ajustados, las faldas de tubo y algunas prendas con cortes asimétricos.
Tu peso no es sinónimo de mala salud
Nuestro peso y complexión se relacionan con nuestros hábitos alimenticios y estilo de vida. Sin embargo, un factor muy importante que los determina es, sin duda, la herencia genética. En consecuencia, puedes ser tanto una chica curvy perfectamente saludable como una joven delgada sin problema alguno. Así que disfruta de tu cuerpo, cuídalo y procúralo, que nadie te diga que está bien o mal ser de talla grande.
Su corazón suele ser más sano
Ademas de ácidos grasos y omega 3, la cadera acumula una hormona llamada nectina. Esta se encarga de limpiar y proteger tanto a las arterias como a la sangre. Así mismo también es capaz de regular la asimilación del azúcar y el proceso de eliminación de la grasa.
El parto no es tan difícil para una chica curvilínea
Debido a la anchura y profundidad de sus caderas el parto se facilita. El proceso de dilatación es menos doloroso puesto que existe más espacio para que el bebé se acomode y salga sin riesgo. Por tanto, una chica curvilínea puede estar tranquila en cuanto al tema de los desgarros o complicaciones en el parto.
Las caderas anchas se asocian con la fertilidad
Desde la antigüedad se asocian la abundancia, prosperidad y fertilidad con la voluptuosidad del cuerpo femenino. Esta forma de pensar no nos parece extraña si recordamos que en la caderas se concentran grandes cantidades de ácidos grasos.