Cuando compartes tu vida con alguien y eres feliz, piensas que después de un tiempo, el siguiente paso es la boda. Si pretendes casarte con ese ser “maravilloso”, es importante que hagas ciertas consideraciones, para que no te arrepientas después.
Quién se queda qué lado de la cama
Cuando vives sola, disfrutas de tu cama sola. Puedes extenderte por la noche y no hay ningún problema. No hay nadie a quien golpees o robes la cobija. Eres tú sola contra ti misma, pero eso deja de ser así al momento de casarte. Tendrás que compartir la cama con alguien más y pelearán por el mejor lado. Considera eso antes de cometer planear la boda.
Dónde pasarás las fiestas de fin de año
Parece un tema sin relevancia, pero más parejas de las que imaginas tienen conflictos por esto. Si pretendes casarte, debes pensar hasta qué punto estarías dispuesta a ceder y dejar que pasen la Navidad (tu fecha favorita) en casa de tu nueva familia o viceversa. La cuestión es que ambas partes queden contentas y satisfechas.
Ceder, ¿en qué momento hacerlo?
Todas las parejas pelean, es natural, pero también es importante saber en qué punto debemos ceder. Muchas veces debemos dejar de lado el orgullo y hacerlo para que la relación no tenga problemas. Desde un problema banal hasta algo realmente delicado.
Dividir los gastos y todo de manera equitativa
Si cada uno tiene su respectivo trabajo, deben llegar a un acuerdo sobre qué gastos pueden solventar. La cuestión es que sean equitativos para que no haya ningún problema o malentendido.
¿Y el dinero?
Además de solventar en conjunto los gastos, también es válido que se queden una parte para sus caprichos. Eso sí, tienen que ser justos, porque no siempre los dos tendrán para darse gustitos extra.
