La piel es muy delicada y debes tener sumo cuidado con ella. El uso de exfoliantes es necesario para mantenerla bella y sana, pero como todo, el exceso puede ser dañino. Muchas veces, en busca de mejorar el aspecto de tu piel podrías terminar afectándola sin saberlo. Creí que exfoliar mi piel casi diario era lo mejor, pero…
Pérdida de aceites naturales
Exfoliarte en exceso hace que tu piel pierda la grasa que genera de manera natural. Esta grasita es una capa que sirve como hidratante natural. Además, también protege a tu cutis del ambiente, como la contaminación y los rayos del sol.
Exfoliarte en exceso irrita tu piel
Exfoliarte en exceso reseca tu piel y la vuelve propensa a la irritación. En casos extremos puede enrojecerla y generar salpullido. Inclusive llagas en zonas sensibles de tu cuerpo.
Comezón
La comezón es señal de deshidratación. El problema de tener comezón es que te rascas y puedes lastimar aún más tu tez. De hecho, puedes crear pequeñas heridas al rascarte que pueden infectarse.
Estrías
La piel se vuelve sensible y frágil luego de exfoliarte demasiado. Esto puede provocar que la piel se rompa por falta de elasticidad. Lo que causa las características líneas blancas en tu piel.
Sensibilidad al sol
Al usar exfoliantes de manera excesiva puedes hacer que tu piel se vuelva sensible al sol. Al perder la grasa que la protege, queda expuesta los rayos UV. Los rayos pueden causarte quemaduras, irritación, manchas en la piel y salpullido. Además, es super importante que uses protector solar todos los días sin importar si estás en la playa o no.
Producción de grasa extra
Tu cuerpo es muy inteligente. Al sentir la falta de grasa y aceites en tu piel comenzará a producir más para suplirla. Esto puede hacer que tu piel normal pase a ser grasa a causa de tanto exfoliarte.
Lo que puedes hacer
Puedes exfoliar tu piel máximo dos veces a la semana en las zonas rugosas, como codos, rodillas y talones, y una vez por semana el rostro. Claro, si quieres la opinión de un experto tu dermatólogo te aconsejará de acuerdo a tus necesidades particulares. Al exfoliarte, las células muertas, imperfecciones y suciedad se eliminan sin dañar tu epidermis. Además, puedes usar cremas y o aceites para hidratar tu piel.